Están de moda y se dice que realzan la figura, pero para muchas mujeres los tacones son todo un sacrificio que tan sólo beneficia a la imagen. Y también a los podólogos y ortopedas, ya que las últimas tendencias en calzado puede que favorezcan un aumento de pacientes en sus consultas.
La Academia Americana de Cirugía Ortopédica ya sabe el porqué del número tan elevado de mujeres que sufren de los pies: un estudio llevado a cabo por esta institución revela que ocho de cada 10 mujeres estadounidenses se quejan de que sus zapatos les causan molestias.
Para muchos expertos la causa de este dolor reside, en buena parte de las ocasiones, en el tamaño de los zapatos (muchas féminas llevan modelos que resultan pequeños para los pies, ya que se estrechan demasiado en la punta) o en el tacón, más alto de lo que sería recomendable.
Según, Carlos San Martín, secretario de la Escuela de Podología de la Universidad Complutense de Madrid, "las molestias que sufren las mujeres en los pies sí guardan relación en muchas ocasiones con el tacón alto. Un buen tacón debe tener como máximo tres centímetros y ha de ser ancho, aunque el mejor de todos es el que posee esta altura, aunque con forma de cuña".
Una modelo profesional relata cómo los tacones altos acabaron destrozando sus pies: "Cuando tenía 20 años y desfilaba, llevaba zapatos con más de cinco centímetros de tacón. La verdad es que los zapatos estaban matándome. Siempre pensé que era normal tener los pies hinchados y doloridos". Mary Mueller sometió a sus pies a una década de calvario. Ahora, a sus 43 años, tiene que llevar un calzado especial para sus problemas: dedos en martillo, además de padecer dolores muy frecuentes.
Los problemas de los zapatos con tacones de vértigo van desde las molestias leves o severas en los pies, hinchazón, hasta problemas en los huesos como son los juanetes, dedos en martillo, callos, durosidades e, incluso, dolor de espalda.
"No hay nada bueno. Los tacones demasiado altos afectan al talón de Aquiles y crean una presión excesiva en la parte delantera del pie", declara Katheryn Moss, podóloga de la Universidad de California en San Francisco (EEUU).
El tacón desplaza el peso del cuerpo hacia delante, aumenta la presión sobre los dedos y traslada los puntos naturales de apoyo. Además, obliga a corregir la postura corporal para compensar este 'desequilibrio' por lo que desde el tobillo hasta las cervicales, todas las articulaciones se resienten.
HALLUX VALGUS
La Academia Americana de Cirugía Ortopédica ya sabe el porqué del número tan elevado de mujeres que sufren de los pies: un estudio llevado a cabo por esta institución revela que ocho de cada 10 mujeres estadounidenses se quejan de que sus zapatos les causan molestias.
Para muchos expertos la causa de este dolor reside, en buena parte de las ocasiones, en el tamaño de los zapatos (muchas féminas llevan modelos que resultan pequeños para los pies, ya que se estrechan demasiado en la punta) o en el tacón, más alto de lo que sería recomendable.
Según, Carlos San Martín, secretario de la Escuela de Podología de la Universidad Complutense de Madrid, "las molestias que sufren las mujeres en los pies sí guardan relación en muchas ocasiones con el tacón alto. Un buen tacón debe tener como máximo tres centímetros y ha de ser ancho, aunque el mejor de todos es el que posee esta altura, aunque con forma de cuña".
Una modelo profesional relata cómo los tacones altos acabaron destrozando sus pies: "Cuando tenía 20 años y desfilaba, llevaba zapatos con más de cinco centímetros de tacón. La verdad es que los zapatos estaban matándome. Siempre pensé que era normal tener los pies hinchados y doloridos". Mary Mueller sometió a sus pies a una década de calvario. Ahora, a sus 43 años, tiene que llevar un calzado especial para sus problemas: dedos en martillo, además de padecer dolores muy frecuentes.
Los problemas de los zapatos con tacones de vértigo van desde las molestias leves o severas en los pies, hinchazón, hasta problemas en los huesos como son los juanetes, dedos en martillo, callos, durosidades e, incluso, dolor de espalda.
"No hay nada bueno. Los tacones demasiado altos afectan al talón de Aquiles y crean una presión excesiva en la parte delantera del pie", declara Katheryn Moss, podóloga de la Universidad de California en San Francisco (EEUU).
El tacón desplaza el peso del cuerpo hacia delante, aumenta la presión sobre los dedos y traslada los puntos naturales de apoyo. Además, obliga a corregir la postura corporal para compensar este 'desequilibrio' por lo que desde el tobillo hasta las cervicales, todas las articulaciones se resienten.
HALLUX VALGUS
El hallux valgus corresponde a una desviación del primer dedo del pie, fuera de la línea media, acompañado además de una protuberancia (exostosis) en la articulación metatarso-falángica, deformidad comúnmente llamada “juanete”. Generalmente se presenta en adolescentes, es más frecuente en el sexo femenino y usualmente existen antecedentes familiares con igual alteración.
El paciente presenta una deformidad ósea, la cual altera la estructura del calzado y con el tiempo éste adopta la posición de la deformidad. El enfermo se queja de dolor, debido a la presión y fricción ocasionada por el calzado y por la pérdida de la alineación del dedo con respecto al resto del pie. La deformidad ósea (también llamada juanete o bunion), produce inflamación de las partes blandas y en ocasiones se pueden presentar procesos infecciosos. Además, generalmente se acompañan de otras alteraciones como dedos en martillo, que contribuyen a ocasionar dolor.
El tratamiento inicial es preventivo; el adolescente en sus inicios no se queja de dolor, por lo que el diagnóstico es un hallazgo del médico. El motivo de consulta puede ser solamente la deformidad. Es importante precisar si otros familiares sufren de la misma alteración, ya que en ocasiones puede asociarse con patología de tipo reumática. Se deberá utilizar calzado amplio, de puntas redondas, que no produzca presión sobre el dedo (no se deben usar zapatos puntiagudos). Si la deformidad es importante, se pueden indicar correctores para uso nocturno (juaneteras). Estas medidas solo detienen la progresión de la enfermedad, debido a que la deformidad persiste. Si la deformidad aumenta a pesar de las medidas preventivas, el tratamiento quirúrgico puede ser recomendable. La extirpación del juanete debe mejorar la movilidad del dedo afectado y reducir considerablemente el dolor asociado.
SESAMOIDITIS
La sesamoiditis es una afección que involucra los huesos sesamoidales, que son pequeños huesos debajo de la cabeza del hueso metatarsal primero (el hueso que lleva al dedo gordo). Los huesos sesamoidales soportan peso considerable y algunas veces una fractura por tensión ocurre dentro del hueso. Algunas veces una parte del sesamoide muere en realidad debido a la alta tensión repetitiva y el huesos se puede fragmentar. Frecuentemente no hay causa clara, pero las lesiones sesamoidales son comunes entre la gente que participa en actividades de alto impacto, tales como el ballet, correr y ejercicios aeróbicos.
DEDOS DE MARTILLO
Es una deformación de cualquier dedo del pie, el cual toma una posición doblada hacia abajo como garra. En términos generales se dice que es el torcimiento anormal de cualquier dedo del pie.
Este problema puede ser adquirido de manera congénita, por artritis, enfermedades neuromusculares o por usar zapatos pequeños o angostos.
Existen dos tipos de pie de martillo: Los flexibles que generalmente se enderezan cuando el paciente se pone de pie y el peso cae sobre ellos.
Los rígidos no se enderezan y tienen un trauma producido por los zapatos produciendo dolor y formación de callosidades.
El tratamiento de esta enfermedad dependerá de la causa de la deformidad para los dedos de pie de martillo. En caso de que sea flexible, se recomienda usar zapatos apropiados o inyecciones de esteroides. Para corregir el pie de martillo rígido, se recomienda la cirugía, utilizando dos procesos quirúrgicos: Un pedazo pequeño de hueso se remueve del dedo del pie para enderezarlo, y se balancea la tensión del músculo extensor para prevenir la reincidencia.
Cuando existen deformidades múltiples o la corrección de otras deformidades de los pies se unen la coyuntura del dedo del pie para prevenir que suelde nuevamente.Otra opción, puede ser la cirugía ambulatoria donde se aplica anestesia local y al paciente se le permite caminar al concluir la cirugía otorgándole un zapato post- operatorio que se le da al paciente para que lo use aproximadamente durante una semana. Este es un procedimiento quirúrgico que no tiene mayor complicación y se pueden obtener muy buenos resultados, consulte a su médico.
EL NEUROMA DE MORTON
El neuroma de Morton es una inflamación benigna en los nervios (los nervios que llevan las sensaciones al cerebro y al resto del cuerpo). Esto puede afectar a cualquiera de los dedos del pie. Sin embargo, con mayor frecuencia afecta los nervios que se encuentran entre el tercero y el cuarto dedos o los que están entre el segundo y tercer dedo del pie.
El neuroma de Morton es una inflamación causada por aumento de los tejidos fibrosos en el revestimiento externo de los nervios que recorren los dedos. El incremento del tejido fibroso es una reacción a la irritación que proviene de los huesos cercanos y ligamentos cuando rozan contra los nervios. Esta irritación puede ser causada por: El uso de zapatos demasiado estrechos.
El uso de zapatos que colocan el pie en una posición muy incómoda (por ejemplo tacones altos).
Un pie que es mecánicamente inestable
Traumas constantes en el pie ( tales como las que provienen de actividades deportivas como el tenis, baloncesto y atletismo).
Daño en el pie causado por una lesión (tales como torcedura o fractura) Es difícil que más de un neuroma de Morton ocurran en un sólo pie. También es raro que el neuroma de Morton se presente en ambos pies al mismo tiempo.
Los síntomas de la neuroma de Morton incluyen las siguientes sensaciones, usualmente entre el tercer y cuarto dedo o entre el segundo y el tercer dedo del pie:
El paciente presenta una deformidad ósea, la cual altera la estructura del calzado y con el tiempo éste adopta la posición de la deformidad. El enfermo se queja de dolor, debido a la presión y fricción ocasionada por el calzado y por la pérdida de la alineación del dedo con respecto al resto del pie. La deformidad ósea (también llamada juanete o bunion), produce inflamación de las partes blandas y en ocasiones se pueden presentar procesos infecciosos. Además, generalmente se acompañan de otras alteraciones como dedos en martillo, que contribuyen a ocasionar dolor.
El tratamiento inicial es preventivo; el adolescente en sus inicios no se queja de dolor, por lo que el diagnóstico es un hallazgo del médico. El motivo de consulta puede ser solamente la deformidad. Es importante precisar si otros familiares sufren de la misma alteración, ya que en ocasiones puede asociarse con patología de tipo reumática. Se deberá utilizar calzado amplio, de puntas redondas, que no produzca presión sobre el dedo (no se deben usar zapatos puntiagudos). Si la deformidad es importante, se pueden indicar correctores para uso nocturno (juaneteras). Estas medidas solo detienen la progresión de la enfermedad, debido a que la deformidad persiste. Si la deformidad aumenta a pesar de las medidas preventivas, el tratamiento quirúrgico puede ser recomendable. La extirpación del juanete debe mejorar la movilidad del dedo afectado y reducir considerablemente el dolor asociado.
SESAMOIDITIS
La sesamoiditis es una afección que involucra los huesos sesamoidales, que son pequeños huesos debajo de la cabeza del hueso metatarsal primero (el hueso que lleva al dedo gordo). Los huesos sesamoidales soportan peso considerable y algunas veces una fractura por tensión ocurre dentro del hueso. Algunas veces una parte del sesamoide muere en realidad debido a la alta tensión repetitiva y el huesos se puede fragmentar. Frecuentemente no hay causa clara, pero las lesiones sesamoidales son comunes entre la gente que participa en actividades de alto impacto, tales como el ballet, correr y ejercicios aeróbicos.
DEDOS DE MARTILLO
Es una deformación de cualquier dedo del pie, el cual toma una posición doblada hacia abajo como garra. En términos generales se dice que es el torcimiento anormal de cualquier dedo del pie.
Este problema puede ser adquirido de manera congénita, por artritis, enfermedades neuromusculares o por usar zapatos pequeños o angostos.
Existen dos tipos de pie de martillo: Los flexibles que generalmente se enderezan cuando el paciente se pone de pie y el peso cae sobre ellos.
Los rígidos no se enderezan y tienen un trauma producido por los zapatos produciendo dolor y formación de callosidades.
El tratamiento de esta enfermedad dependerá de la causa de la deformidad para los dedos de pie de martillo. En caso de que sea flexible, se recomienda usar zapatos apropiados o inyecciones de esteroides. Para corregir el pie de martillo rígido, se recomienda la cirugía, utilizando dos procesos quirúrgicos: Un pedazo pequeño de hueso se remueve del dedo del pie para enderezarlo, y se balancea la tensión del músculo extensor para prevenir la reincidencia.
Cuando existen deformidades múltiples o la corrección de otras deformidades de los pies se unen la coyuntura del dedo del pie para prevenir que suelde nuevamente.Otra opción, puede ser la cirugía ambulatoria donde se aplica anestesia local y al paciente se le permite caminar al concluir la cirugía otorgándole un zapato post- operatorio que se le da al paciente para que lo use aproximadamente durante una semana. Este es un procedimiento quirúrgico que no tiene mayor complicación y se pueden obtener muy buenos resultados, consulte a su médico.
EL NEUROMA DE MORTON
El neuroma de Morton es una inflamación benigna en los nervios (los nervios que llevan las sensaciones al cerebro y al resto del cuerpo). Esto puede afectar a cualquiera de los dedos del pie. Sin embargo, con mayor frecuencia afecta los nervios que se encuentran entre el tercero y el cuarto dedos o los que están entre el segundo y tercer dedo del pie.
El neuroma de Morton es una inflamación causada por aumento de los tejidos fibrosos en el revestimiento externo de los nervios que recorren los dedos. El incremento del tejido fibroso es una reacción a la irritación que proviene de los huesos cercanos y ligamentos cuando rozan contra los nervios. Esta irritación puede ser causada por: El uso de zapatos demasiado estrechos.
El uso de zapatos que colocan el pie en una posición muy incómoda (por ejemplo tacones altos).
Un pie que es mecánicamente inestable
Traumas constantes en el pie ( tales como las que provienen de actividades deportivas como el tenis, baloncesto y atletismo).
Daño en el pie causado por una lesión (tales como torcedura o fractura) Es difícil que más de un neuroma de Morton ocurran en un sólo pie. También es raro que el neuroma de Morton se presente en ambos pies al mismo tiempo.
Los síntomas de la neuroma de Morton incluyen las siguientes sensaciones, usualmente entre el tercer y cuarto dedo o entre el segundo y el tercer dedo del pie:
Ardor, dolor, hormigueo y adormecimiento que a menudo brota dentro de los dedos.
Incomodidad que empeora a medida que se camina
La sensación de un brote entre los dedos
Se quita los zapatos
Flexiona sus dedos
Frota su pies
Las modificaciones incluyen:
Cambiar a tacones bajos
zapatos con punta amplia con un buen soporte para el arco
El uso de plantillas en los zapatos y/o separadores para los dedos de los pies
El uso de insertos en el zapato para corregir las anormalidades mecánicas del pie
Inyección de Medicamentos
Inyectar el pie con corticosteroides junto con anestesia local para disminuir el dolor. Sin embargo, el alivio sólo es temporal si la irritación producto del rozamiento tampoco se corrige.
Cirugía
Se puede recomendar una cirugía para remover la neuroma sólo si los tratamientos más conservadores no pueden resolver el problema. Aunque es cierto que la cirugía alivia o elimina los síntomas completamente, esto con frecuencia deja una sensación de adormecimiento permanente en el sitio del neuroma.
Prevención
Los pasos que ayudan a prevenir el neuroma de Morton incluyen:
INESTABILIDAD CRÓNICA DEL TOBILLO
La inestabilidad crónica de tobillo es una enfermedad caracterizada porque la parte externa (lateral) del tobillo se dobla continuamente. Esta enfermedad a menudo se desarrolla después de sufrir repetidos esguinces de tobillo. Por lo general el tobillo “doblado” se presenta mientras se camina o se realiza alguna otra actividad, pero también puede ocurrir cuando usted simplemente está parado(a). Muchos atletas, así como otras personas, sufren de inestabilidad crónica de tobillo.
Las personas con inestabilidad crónica de tobillo a menudo se quejan de:
El tobillo se les dobla frecuentemente, especialmente en superficies desiguales o cuando están practicando algún deporte
Incomodidad e inflamación persistente (crónica)
Dolor o sensibilidad
¿Qué la Causa?
Inyección de Medicamentos
Inyectar el pie con corticosteroides junto con anestesia local para disminuir el dolor. Sin embargo, el alivio sólo es temporal si la irritación producto del rozamiento tampoco se corrige.
Cirugía
Se puede recomendar una cirugía para remover la neuroma sólo si los tratamientos más conservadores no pueden resolver el problema. Aunque es cierto que la cirugía alivia o elimina los síntomas completamente, esto con frecuencia deja una sensación de adormecimiento permanente en el sitio del neuroma.
Prevención
Los pasos que ayudan a prevenir el neuroma de Morton incluyen:
- Evitar el uso de calzado muy estrecho o de tacones altos
- Si usted padece de obesidad, pierda peso
- Si juega deportes, utilice zapatos con suficiente espacio y que le queden bien
INESTABILIDAD CRÓNICA DEL TOBILLO
La inestabilidad crónica de tobillo es una enfermedad caracterizada porque la parte externa (lateral) del tobillo se dobla continuamente. Esta enfermedad a menudo se desarrolla después de sufrir repetidos esguinces de tobillo. Por lo general el tobillo “doblado” se presenta mientras se camina o se realiza alguna otra actividad, pero también puede ocurrir cuando usted simplemente está parado(a). Muchos atletas, así como otras personas, sufren de inestabilidad crónica de tobillo.
Las personas con inestabilidad crónica de tobillo a menudo se quejan de:
El tobillo se les dobla frecuentemente, especialmente en superficies desiguales o cuando están practicando algún deporte
Incomodidad e inflamación persistente (crónica)
Dolor o sensibilidad
¿Qué la Causa?
La inestabilidad crónica de tobillo por lo general se desarrolla después de un esguince de tobillo que no ha sanado adecuadamente o no fue totalmente rehabilitado. Cuando usted sufre un esguince de tobillo, los tejidos conectivos (ligamentos) se estiran o se rompen. A menudo se afecta la capacidad de mantenerse en equilibrio. Es necesaria una rehabilitación adecuada para fortalecer los músculos alrededor del tobillo y “re-entrenar” los tejidos dentro del tobillo que afectan el equilibrio.
Los esguinces de tobillo frecuentes a menudo causan – y perpetúan – la inestabilidad crónica de tobillo. Tener un tobillo que se dobla aumenta sus posibilidades de sufrir esguinces de tobillo repetidamente. Cada esguince subsiguiente conduce a un mayor debilitamiento (o estiramiento) de los ligamentos – lo que produce mayor inestabilidad y probabilidad de desarrollar problemas adicionales en el tobillo.
Evaluación y Diagnóstico
Si siente que su tobillo está vacilante o inestable y se dobla repetidamente, o si usted ha tenido esguinces de tobillo recurrentes, visite a un cirujano de pie y de tobillo para que su enfermedad sea evaluada y tratada. La inestabilidad crónica de tobillo que no es tratada conduce a una continua inestabilidad, limita las actividades, y puede causar problemas de artritis y de tendones.
En el proceso de evaluación y diagnóstico de su enfermedad, el cirujano de pie y de tobillo le preguntará sobre toda lesión previa del tobillo, y sobre inestabilidad. Luego él o ella examinarán su tobillo para revisar áreas sensibles, señales de inflamación, e inestabilidad de su tobillo como lo muestra la ilustración. Las radiografías, TAC (tomografía axial computarizada), o las IRM (imágenes por resonancia magnética) pueden ser útiles para una mayor evaluación del tobillo.
Opciones de Tratamiento
El tratamiento para la inestabilidad crónica de tobillo se basa en los resultados del examen y de las pruebas, así como en el nivel de actividad del paciente.
El tratamiento no quirúrgico puede incluir:
INFLAMACIÓN DEL TENDÓN DE AQUILES
Los esguinces de tobillo frecuentes a menudo causan – y perpetúan – la inestabilidad crónica de tobillo. Tener un tobillo que se dobla aumenta sus posibilidades de sufrir esguinces de tobillo repetidamente. Cada esguince subsiguiente conduce a un mayor debilitamiento (o estiramiento) de los ligamentos – lo que produce mayor inestabilidad y probabilidad de desarrollar problemas adicionales en el tobillo.
Evaluación y Diagnóstico
Si siente que su tobillo está vacilante o inestable y se dobla repetidamente, o si usted ha tenido esguinces de tobillo recurrentes, visite a un cirujano de pie y de tobillo para que su enfermedad sea evaluada y tratada. La inestabilidad crónica de tobillo que no es tratada conduce a una continua inestabilidad, limita las actividades, y puede causar problemas de artritis y de tendones.
En el proceso de evaluación y diagnóstico de su enfermedad, el cirujano de pie y de tobillo le preguntará sobre toda lesión previa del tobillo, y sobre inestabilidad. Luego él o ella examinarán su tobillo para revisar áreas sensibles, señales de inflamación, e inestabilidad de su tobillo como lo muestra la ilustración. Las radiografías, TAC (tomografía axial computarizada), o las IRM (imágenes por resonancia magnética) pueden ser útiles para una mayor evaluación del tobillo.
Opciones de Tratamiento
El tratamiento para la inestabilidad crónica de tobillo se basa en los resultados del examen y de las pruebas, así como en el nivel de actividad del paciente.
El tratamiento no quirúrgico puede incluir:
- Fisioterapia. La fisioterapia involucra diversos tratamientos y ejercicios para fortalecer el tobillo, mejorar el equilibrio y el rango de movimiento, y re-entrenar sus músculos. A medida que progrese a través de la rehabilitación, también puede recibir entrenamiento relacionado específicamente con sus actividades o los deportes que practica.
- Aparatos Ortopédicos. Algunos pacientes usan un aparato ortopédico en el tobillo para darle soporte al tobillo evitar que gire. El uso de un aparato ortopédico como soporte también ayuda a prevenir esguinces de tobillo adicionales.
- Medicamentos. Los fármacos anti-inflamatorios no esteroideos (AINES) (nonsteroidal anti-inflammatory drugs - NSAIDs), tales como el ibuprofeno, pueden ser recetados para reducir el dolor y la inflamación.En algunos casos, el cirujano de pie y de tobillo recomendará recurrir a cirugía con base en el grado de inestabilidad o la ausencia de respuesta a los tratamientos no quirúrgicos. Las opciones quirúrgicas consisten principalmente en la reparación o reconstrucción de el o los ligamentos dañados. Sin embargo, otros procedimientos en tejidos blandos o en los huesos pueden ser necesarios, dependiendo de la gravedad de su enfermedad y de si usted tiene algún otro problema en el pie o el tobillo. La duración del período de recuperación variará, dependiendo del procedimiento o procedimientos realizados.
INFLAMACIÓN DEL TENDÓN DE AQUILES
Es la inflamación, irritación e hinchazón del tendón de Aquiles (el tendón que conecta los músculos de la pantorrilla al talón).
Causas, incidencia y factores de riesgo
Hay dos músculos grandes en la pantorrilla: el gastrocnemio y el sóleo que generan la fuerza para empujar el pie o pararse en los dedos de los pies y están conectados al talón por el gran tendón de Aquiles.
Dichos músculos son importantes para caminar. El tendón se puede inflamar, frecuentemente debido a la sobrecarga o a la artritis, aunque dicha inflamación también puede estar asociada con traumatismo e infección.
La tendinitis debida a la sobrecarga es más común en personas jóvenes y puede ocurrir en caminantes, corredores u otros atletas, especialmente cuando practican deportes de salto como el baloncesto; ya que al saltar se ejerce mucha fuerza sobre el tendón de Aquiles.
La tendinitis debido a la artritis es más común en personas de mediana edad o ancianos; ya que la artritis a menudo provoca crecimientos óseos adicionales alrededor de las articulaciones y si esto ocurre alrededor del talón donde el tendón de Aquiles se fija al hueso, dicho tendón se puede inflamar y presentar dolor.
Síntomas
Los síntomas generalmente incluyen dolor en el talón afectado al caminar o al correr. El tendón usualmente duele al tacto y la piel que lo cubre puede presentarse hinchada y caliente.
La tendinitis aquílea puede predisponer al paciente a la ruptura del tendón de Aquiles. Esta afección generalmente causa un dolor agudo, como si alguien golpeara en la parte trasera del talón con un palo o garrote.
Signos y exámenes
En el examen físico, el médico trata de detectar sensibilidad a lo largo del tendón o dolor en el área del tendón, cuando el paciente se para en los dedos de los pies.
Los estudios imagenológicos también pueden servir. Las radiografías pueden ayudar a diagnosticar artritis y una IRM muestra la inflamación del tendón.
Tratamiento
El tratamiento para la tendinitis aquílea generalmente son los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINES), como aspirina e ibuprofeno, al igual que reposo, aplicación de hielo y fisioterapia. Además, se debe limitar cualquier actividad que empeore los síntomas.
LA ARTROSIS DE LA RODILLA
La artrosis de rodilla es una enfermedad crónica, que se desarrolla muy lentamente. Los síntomas son muy escasos al inicio del proceso y, por lo general, cuando progresa, lo hace paulatinamente, a lo largo de un periodo de tiempo de años.
El síntoma fundamental del paciente con artrosis de rodilla es el dolor. Al principio, el dolor es muy leve, sólo aparece cuando se ha realizado una actividad física muy importante (por ejemplo, después de una larga caminata) y cede rápidamente con el reposo. Cuando la enfermedad se ha establecido, es normal que el paciente note mayores molestias cuando empieza a caminar, mejorando los síntomas después de llevar un rato andando, una vez que la articulación "entra en calor". Al dolor se le añade una sensación de rigidez y de dificultad para flexionar y extender la pierna, que, al igual que el dolor, es también más intensa después de haber permanecido mucho tiempo en reposo (sentado o tras dormir en la cama). Otro síntoma que puede notar el paciente es una sensación de chasquido, que se produce al flexionar la rodilla. El dolor en la rodilla es mayor cuando se sube y se baja escaleras, cuando el paciente se pone en cuclillas y cuando se camina por un terreno irregular.
La rodilla con artrosis no suele doler cuando se permanece en reposo, ya que el dolor guarda relación con los movimientos. Sin embargo, en artrosis más severas, el paciente puede notar síntomas incluso en reposo. Además, en la evolución de la artrosis se pueden producir episodios de descompensación, a veces relacionados con un esfuerzo físico mayor del habitual (un paseo más largo, por ejemplo), en los que el dolor se reagudiza, se hace continuo e incluso la rodilla se hincha por formarse un derrame.
En los casos en los que la artrosis no se controla y se alcanzan fases más avanzadas de la enfermedad, además del dolor, que se hace más continuo e intenso, el paciente sufre una disminución en los movimientos que puede realizar con la rodilla (por ejemplo, no puede flexionar o extender completamente la pierna). También pueden aparecer ciertas deformidades de la articulación, y alteraciones en la alineación de los huesos, con arqueamiento de la extremidad inferior. En estas artrosis más evolucionadas es habitual que el paciente cojee al caminar y que la rodilla se debilite, notando el enfermo con alguna frecuencia una sensación de "fallo" en la rodilla al dar los pasos.
El síntoma fundamental del paciente con artrosis de rodilla es el dolor. Al principio, el dolor es muy leve, sólo aparece cuando se ha realizado una actividad física muy importante (por ejemplo, después de una larga caminata) y cede rápidamente con el reposo. Cuando la enfermedad se ha establecido, es normal que el paciente note mayores molestias cuando empieza a caminar, mejorando los síntomas después de llevar un rato andando, una vez que la articulación "entra en calor". Al dolor se le añade una sensación de rigidez y de dificultad para flexionar y extender la pierna, que, al igual que el dolor, es también más intensa después de haber permanecido mucho tiempo en reposo (sentado o tras dormir en la cama). Otro síntoma que puede notar el paciente es una sensación de chasquido, que se produce al flexionar la rodilla. El dolor en la rodilla es mayor cuando se sube y se baja escaleras, cuando el paciente se pone en cuclillas y cuando se camina por un terreno irregular.
La rodilla con artrosis no suele doler cuando se permanece en reposo, ya que el dolor guarda relación con los movimientos. Sin embargo, en artrosis más severas, el paciente puede notar síntomas incluso en reposo. Además, en la evolución de la artrosis se pueden producir episodios de descompensación, a veces relacionados con un esfuerzo físico mayor del habitual (un paseo más largo, por ejemplo), en los que el dolor se reagudiza, se hace continuo e incluso la rodilla se hincha por formarse un derrame.
En los casos en los que la artrosis no se controla y se alcanzan fases más avanzadas de la enfermedad, además del dolor, que se hace más continuo e intenso, el paciente sufre una disminución en los movimientos que puede realizar con la rodilla (por ejemplo, no puede flexionar o extender completamente la pierna). También pueden aparecer ciertas deformidades de la articulación, y alteraciones en la alineación de los huesos, con arqueamiento de la extremidad inferior. En estas artrosis más evolucionadas es habitual que el paciente cojee al caminar y que la rodilla se debilite, notando el enfermo con alguna frecuencia una sensación de "fallo" en la rodilla al dar los pasos.