Es el endurecimiento circunscrito de la piel e hipertrofia de la capa cornea debida a la fricción, presión u otra irritación que se forma en los dedos, manos o pies. Es un área dolorosa y endurecida en forma de cono, de crecimiento aumentado de la capa cornea de la piel.
Los callos son engrosamientos de la piel debido a una sobrecarga o hiperpresión sobre esa piel. A eso se añade la irritación asociada que se produce.Como consecuencia, la piel reacciona defendiéndose y engrosándose para paliar esta situación.
Al engrosamiento de la capa externa de la piel (que está compuesta por queratina, que es una proteína protectora) se le denomina técnicamente hiperqueratosis.A los callos también se les conoce como dermatitis crónica traumática.
Suele aparecer en zonas de mayor apoyo y donde coinciden prominencias óseas, por ej. en la base de los dedos del pie. Como cada persona es diferente, pueden aparecer en diferentes sitios según sus características físicas. También suelen aparecer en las zonas superiores de los dedos de los pies, debido fundamentalmente a llevar zapatos demasiado estrechos o de un número menor del necesario.
Este aspecto es fundamental hoy en día, ya que se tiende a llevar (sobre todo las mujeres) zapatos de tacón muy alto (el pie se apoya sobre la base de los metatarsianos), y de punta muy estrecha (comprime estos mismos huesos y los dedos).
Hay personas que tienen una estática incorrecta de la espalda o al caminar, y si no la corrigen no se corregirán los callos. Los diabéticos (que son más susceptibles a sufrir infecciones debido a la diabetes) deben ser muy cuidadosos y evitarlos, ya que pueden ser la primera puerta para que se produzca una infección en el pie, que luego será muy difícil de curar. En estos enfermos, se deben mimar los pies.
Lo más importante para evitarlos es la prevención, eliminando los factores descritos o paliándolos, utilizando diferentes calzados de forma habitual (hay zapatos mas blandos que otros) y no siempre del mismo tipo. Pueden usarse plantillas de descarga (le informarán en cualquier ortopedia, o en su zapatero), y también existen anillos protectores que disminuyen la presión sobre zonas concretas.
Se pueden eliminar utilizando el raspado diario con piedra pómez, mejor con la piel húmeda, pero evitando hacerse heridas o irritar demasiado esa zona. Es mejor ser constante que agresivo, aunque se tarde más.
También se puede utilizar el ácido salicílico al 20 % en forma de parches que se venden en farmacias, así como cremas emolientes ricas en urea. Las cremas con lanolina o con Aloe consiguen ablandar el callo, mejorando además la elasticidad de la piel.
Remedios naturales como colocar un diente de ajo machacado y cubrirlo con una tela, o masajes con cebolla se han postulado tradicionalmente como efectivos.
Si eliminarlos así no es posible, se debe acudir a un podólogo que nos los eliminará de forma drástica mediante cuchillas.
Remedios Caseros:
* Existen diferentes remedios populares con respecto a los callos tal vez el más tradicional consiste en rascarlos suavemente con piedra pómez, luego frotarlos con una cebolla cruda cortada por la mitad y finalmente colocarle encima unas gotas de tintura de árnica.
* Este remedio tradicional consiste en colocar sobre el callo un diente de ajo machacado (o puede combinarlo con aceite de oliva lo cual favorece su reblandecimiento y desaparición. Al final debe cubrir con tela.
* Otro forma de combatir los callos es elaborando una pasta al triturar 5 ó 6 aspirinas y mezclarlas con una cucharada de agua y jugo de limón el cual debe colocarse sobre los callos y envolverlos en una toalla caliente por 10 minutos. El calor hará que la pasta penetre y suavice los callos. Finalmente, rásquelos con una piedra pómez. De esta forma, podrán desprenderse con más facilidad.
* Hacer macerar, aproximadamente por veinticuatro horas, varias hojas de puerro en vinagre de vino, y aplicarlas sobre el callo, que se extirpará luego con suavidad con un instrumento no cortante y desinfectado
* Aplicar, dos o tres veces al día, una pomada a base de pétalos de caléndula lo cual suaviza pronto el tejido y actúa como antiinflamatorio.
* Frotar aceite de ricino o de castor sobre los callos dos veces al día.
* Remojar los pies en una infusión de cuatro cucharadas de manzanilla en un litro de agua lo cual alivia y suaviza la piel endurecida.
* Remojar, antes de ir a dormir, los pies en agua tibia y después romper una cápsula de vitamina E. Aplicar en los talones con callos y grietas frotándolo suavemente. Puede añadir una capa de vaselina y luego ponerse calcetines de algodón.
* Colocar encima una miga de pan que habrá estado empapada en vinagre durante dos días. El emplasto se sujeta con un pañuelo a lo largo de tres noches. No olvidar sumergir el pie en una palangana con agua tibia, antes de la aplicación del vinagre, para suavizar el callo y para que éste salga fácilmente.
Fuente: tuotromedico.org