Gingko biloba

ginkgo 

Esta especie vegetal, una de las plantas mejor estudiadas, arroja continuamente nuevas evidencias acerca de las actividades terapéuticas de cada uno de sus numerosos componentes químicos.

Se sabe desde hace muchos años, que una fracción química hallada en la planta ( llamada GBDF), rica en flavonoides diméricos, es la responsable de la acción antiinflamatoria y de las propiedades vaso-activas ( estimulación de la circulación venosa por tonificación de las paredes de las venas).

Esa estimulación circulatoria indirecta, sumada a la capacidad de la planta de disminuir la agregación de las plaquetas de la sangre ( evita la formación de trombos venosos), le hizo ganar una bien merecida fama como facilitador circulatorio periférico, y al mismo tiempo fortaleció la evidencia que la indicaba como auxiliar en la lucha contra la celulitis.

En antiguos tratados de Medicina Tradicional China, se hace referencia a las propiedades que esta planta posee para estimular la memoria y la concentración.

Durante muchos siglos se creyó que estas atribuciones “empíricas” eran más el producto de la imaginación popular y de la indiscutible “omnisapiencia” de los terapeutas asiáticos, que una virtud medicinal objetiva y reproducible en laboratorios experimentales.

Numerosos trabajos científicos serios, comienzan a arrojar evidencia sólida que confirma ese “rol” del Gingko, y lo que es más sorprendente, 3 de esas publicaciones, detallan el éxito obtenido con el uso sistemático de un extracto modificado de esta especie, al tratar casos de demencia senil y de distintos grados evolutivos de la enfermedad de Alzheimer.

Parecería incontrastable el hecho de que la planta en cuestión tiene una asombrosa capacidad de activar la micro circulación cerebral y al mismo tiempo evitaría la degeneración grasa y fibrosa de los tejidos cerebrales dañados por las patologías en cuestión.

Actualmente se está a la espera de las conclusiones de un muy amplio estudio, que incluye a 10815 enfermos, trabajo que se enfoca en confirmar o negar la hipótesis que le atribuye al Gingko la facultad de estimular la formación de nuevos vasos capilares y nuevas vías de asociación neuronal, en las áreas del Sistema Nervioso Central que hayan resultado dañadas por derrames y trombo-embolias.